Creo que realizar prácticas durante la carrera de Magisterio no debería ser solo un requisito de una parte llamada Practicum, sino una manera indirecta de reafirmar la vocación que podemos tener cada uno de nosotros y que puede que algunos no descubran nunca ya que la vocación no es algo que se cree, sino es algo con lo que o se nace o no se consigue jamas.
Queridos compañeros docentes, si realmente encontrasteis la vocación necesaria y tan ansiada por los que no saben aún donde se la dejaron, no tiréis la toalla nunca pues esas personas que ocupen los pupitres de cada clase necesitan no solo de nuestros conocimientos (aunque a veces sean limitados en algunos campos), necesitan nuestra comprensión, cariño y sobre todo paciencia.
Acordándome de mis niños de 4º de Primaria C me emociono hasta unos extremos que se me salta alguna lagrimita acompañada siempre de una tonta sonrisa, comparable solo con la que nos sale cuando estamos enamorados, y si, no tengo ninguna vergüenza de admitir que me enamoré, me enamoré de sus bromas, de sus millones de preguntas, de sus curiosidades hacia todo lo que se encontraban y sobre todo, de lo que mas me enamore gracias a ellos fue de mi profesión.
Son 28 gracias los que tendría que dar a cada uno de esos maravillosos niños y niñas que me han enseñado a ser mejor persona y por supuesto mejor profesional, pero no me quiero olvidar de hacer un gran guiño a esa maravillosa tutora que tuve de prácticas sin la que nada de esto hubiera sido posible, gracias Ana.
Sin querer evitarlo estoy lloriqueando y sin avergonzarme de ello lo publico...
¡¡ME ENCATA SER PROFESORA!!
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