jueves, 23 de diciembre de 2010

¡¡DE VUELTA AL CIRCO!!

Hace unos días tuve la suerte de recibir unas maravillosas entradas para el circo, las cuales recibí de una persona muy especial por lo que su valor sentimental se duplico.
Es cierto que llevaba mucho tiempo diciendo que me apetecía mucho ir, pero no sé hasta que punto lo decía de verdad... El caso es que cuando me llegaron tan envueltas y decoradas me corrió una emoción interior que hacía tiempo que no me sucedía.
Pase todo el fin de semana nerviosa para que pasara, por fin llego el domingo por la tarde no me lo podía creer!! Tras tantos años, iba a regresar al circo y es que hacia al menos 20 que no iba...
Me pasaron a buscar a media tarde y mientras nos poníamos en camino de aquella gran carpa solo podía pensar en que reacción tendría al ver el espectáculo, pues es cierto que hacía tanto que ya casi ni recordaba como era..
Llegamos a la puerta, dimos las entradas (las cuales por cierto eran estupendas) y entramos: primero me encontré con un montón de puestos de todo tipo como comida, juguetes,... no pude resistirme y acabe picando en un algodón de azúcar que para mi grata sorpresa era de gran tamaño. Con mi acompañante y el enorme algodón de azúcar me dispuse a cruzar la entrada de esa carpa de color azul. Una simpática señorita nos acompaño a nuestros asientos (señorita la cual gratamente observe que luego era la que haría equilibrismos con unos lazos colgados del techo) y al poco tiempo de estar sentados empezó la función.
En un primer momento diré que me decepciono el tamaño de la pista, ya que desde la vista de un niño todo es mucho más grande y como tantas otras cosas me volvió a atrapar la decepción del espacio.. Aún así me negué a ver lo malo y quise sacar lo mejor de la experiencia. 
Para mi sorpresa afirmare que aprecie los payasos (y eso que nunca me han gustado) y que todos los inigualables especialistas dejaron el listón altísimo.

Finalmente solo me queda agradecer a ese rincón infantil que aun queda en mi por haberme hecho gozar tanto de una tarde que podría haber sido una cualquiera.

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